Las mentiras de la reforma laboral

Víctor Chávez / El Financiero

Martes, 02 de Octubre de 2012 (14:41)

En una revisión rápida del contenido final de la reforma laboral, es muy sencillo darse cuenta que son más las desventajas que los beneficios que tanto se cacarean. Dejaron más incertidumbre que certeza jurídica, como tanto alardea el propio presidente Felipe Calderón.

Por ejemplo, el esquema del pago por hora no quedó claro. No se necesita ser un experto para darse cuenta de la poca claridad y de las lagunas legales que quedaron, cuando te dicen que es muy sencillo y que por trabajar una, dos o tres horas te pagarán una jornada de ocho.

Pero, y si esas horas no son seguidas, si son espaciadas  en días, semanas, meses o años?

Y ¿cómo cotizarán los jóvenes en el IMSS esas jornadas laborales? ¿harán antigüedad algún día?

Y es que, durante los varios días de “debates” entre los partidos, nunca se había de reformar también la Ley del Seguro Social, cuando lo que se buscaba era fraccionar el salario mínimo y –por los menos lo que se dijo en los discursos- hacerlo remunerador.

Les confieso a mis lectores que las preguntas más comunes de la gente en la calle, de sus casos particulares, no tienen aún respuestas.

Quieren saber, por ejemplo, qué sucederá cuando un trabajador se quiera dar de alta en el IMSS cuando consiga una “chambita fraccionada”, puesto que para registrarse se tiene que hacer con un salario mínimo diario y se deberá comprobar que trabaja en una empresa por determinadas horas, días, semanas, meses, años.

¿En algún siglo se podrá así pensionar un trabajador? ¿O se convertirá de un activo a un pasivo de las empresas?

Es decir, ni habrá seguridad, ni habrá prestaciones, ni habrá antigüedad. ¿Qué vendrá?

Es muy simple. La mayoría de los nuevos trabajadores, principalmente los nuevos jóvenes egresados de las universidades –en el mejor de los casos- serán informales, casi casi ambulantes. ¡Miles y miles más se irán a la informalidad!

¿Cuándo el empresario deseará actuar con responsabilidad social, sacrificar parte de sus ganancias para apoyar al trabajador con seguridad social? ¿Hay en el abandonado campo mexicano condiciones para ello? Preguntan los ciudadanos comunes de calle, que no conocen ni mucho menos tienen acceso al Palacio Legislativo para conocer y cuestionar estos detalles?

Ahora, tanto se dice y se insiste en que es necesario terminar con la opacidad, la corrupción y el derroche insultante de los gastos de los líderes sindicales.

Primero, todo parece indicar que el presidente Felipe Calderón y el presidente electo Enrique Peña Nieto acordaron que esta reforma pasara, aunque fuera sin este tema, que era el central, además de ayudar a los empresarios a “contratar y despedir fácil” a los trabajadores sin ninguna responsabilidad, “a juicio del patrón” y sin ninguna prestación.

Pero, de nuevo la interrogante: ¿Cómo quieren terminar con la corrupción de los líderes de los sindicatos corporativos, cuando es el mismo gobierno quien les entrega millonadas de dinero para que tenga  bien controlados a sus agremiados?

Se dice que son recursos de apoyo a la productividad, para la profesionalización de los maestros, para vivienda, pero ¿acaso se hace algo de eso? ¿a dónde va a parar en realidad ese dinero?  

Y para muestra:  En tan sólo tres años, el gobierno de Felipe Calderón entregó al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) –que encabeza en forma vitalicia Elba Esther Gordillo, más de 17 mil millones de pesos como resultado de los “acuerdos económicos”.

En estos se incluyen “los paquetes de carrera magisterial, la creación de plazas, el programa de mejoramiento de infraestructura y el financiamiento a la vivienda del magisterio, entre otros”.

Y todo en el marco de las negociaciones salariales de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con el SNTE.

Por ejemplo, en 2009, cuando la secretaria era Josefina Vázquez Mota –en medio de una confrontación con Elba Esther Gordillo- Calderón le otorgó a la SEP 6,901 millones 500,000 pesos, frente a 5,361 millones 200,000 pesos en 2010 y 5,134 millones 300,000 pesos el año pasado, los dos últimos en la administración del actual titular de la SEP, Alonso Lujambio. En total suman 17,397 millones de pesos en el trienio.

De acuerdo con los montos del cierre de negociaciones dados a conocer por la SEP y el SNTE, el rubro donde se han canalizado mayores recursos es al mejoramiento de la infraestructura y el mantenimiento de las escuelas de educación básica, con más de 3 mil millones de pesos, aunque en 2009 –en la gestión de Vázquez Mota– se aprobaron "hasta 4,484 millones 700,000 pesos" para este tema.

Por otro lado, los propios legisladores federales del PAN se quejaron que, como parte de los convenios de “apoyo la productividad”, la Secretaría del Trabajo entrega 20 millones de pesos cada año a la CTM.

Pero se preguntan: ¿Y dónde está la productividad? ¿No es ese nuestro principal problema?

Y el colmo: ¿Cuánto entrega el gobierno al Sindicato de Pemex? De acuerdo a la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación en la Cámara de Diputados, la  dirigencia sindical –que encabeza Carlos Romero Deschamps- ha recibido de enero de 2005 a julio de 2007 ¡más de mil 408 millones de pesos!

Y en ese mismo periodo acumuló en el banco un monto de cuotas sindicales superior a los 876 millones pesos de aportaciones de los trabajadores cuyo destino nadie conoce.

Así, concluyen que diariamente el sindicato recibe más de un millón y medio de pesos.

¿Será? Entonces ¿Dónde está la corrupción, en los sindicatos o en el gobierno?

Falta un paso todavía para materializar la reforma. Veremos qué pasa en el Senado de la República.

Contacto:

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Twitter: @vicchavez21

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