#Opinión de @scarguerra: Proyecto transístmico: la región hacia el desarrollo

Oscar Guerra/Politólogo. Twitter: @scarguerra
Vía: Romo Noticias

El desarrollo de la región del Istmo oaxaqueño ha sido un anhelo que se ha postergado durante muchos años. El último intento fue a través del Plan Puebla-Panamá (ahora Mesoamérica), megaproyecto que tenía la firme intención de impulsar el desarrollo económico y social de la región mesoamericana, con la integración de siete países de Centroamérica (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) con los estados que integran la región Sur-Sureste de nuestro país (Campeche, Chiapas Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán); plan que hasta el momento ha tenido nulos resultados.

En los últimos meses, se ha implementado otro plan denominado proyecto transístmico, incluso ante el desconocimiento de la gran mayoría de nuestros paisanos istmeños. Es un plan que tiene como objetivo principal la conexión de los puertos de Salina Cruz, Oaxaca y Coatzacoalcos, Veracruz, a través de la construcción de autopistas y una segunda vía de ferrocarril, además de la edificación de cinco parques industriales a lo largo de los 302 kilómetros del corredor.

En el presupuesto de egresos de la federación 2014, se etiquetaron 500 millones de pesos del corredor transístmico en el fondo Sur-Sureste, para solventar el costo de la elaboración de estudios, programas y/o proyectos de inversión en infraestructura y equipamiento. Con esto se ha dado un paso importante que muy probablemente detonará en el mediano y largo plazo, la actividad económica y portuaria de la zona.

El propósito central del proyecto es detonar el desarrollo integral y sustentable de la región con la creación de empleos a través de grandes e importantes inversiones en infraestructura industrial y de comunicaciones que permitirá la competencia real con el canal de Panamá, brindando una mejor opción para el flujo más rápido de mercancías múltiples hacia los diversos mercados mundiales, abaratando los gastos de operación de las empresas que llegan a representar hasta el 60% de los costos totales, al tener que trasladarse hasta el canal; por cierto, este año cumple cien años de unir al mundo.

El corredor transístmico representa sin duda una nueva oportunidad para México en la captación de inversión nacional y extranjera directa, y que en un futuro no muy lejano podría convertirse en una zona industrial y comercial de gran trascendencia para el país, aprovechando la ventaja de su estratégica ubicación geográfica, disminuyendo con ello el desarrollo desigual entre el norte y el sur del territorio nacional.
Debido a la importancia que ha adquirido el istmo mexicano para la transportación de hidrocarburos, Petróleos Mexicanos (Pemex), a través de Gas y Petroquímica Básica (PGPB), presentó este mes el proyecto “Corredor Energético Transístmico”, con el cual pretende hacer competitivo al Istmo, instalando cuatro gasoductos entre Veracruz y Oaxaca, aprovechando que México ya cuenta infraestructura de almacenamiento petrolera en ambos litorales, así como desarrollar nuevas instalaciones portuarias y tendido de ductos.

La paraestatal invertirá 2310 millones de dólares para poner en marcha el proyecto, aprovechando la situación geográfica del Istmo, la infraestructura petrolera de la zona, el excedente del producto en el Golfo de México y la creciente demanda en el pacífico. La obra se licitara y el ganador deberá asociarse con PEMEX, las bases de la convocatoria se lanzarán en junio.

El plan considera cuatro ductos de 300 kilómetros de largo, con capacidad para transportar diariamente 200 mil barriles de propano, 100 mil de naftas y de 750 millones a mil millones de pies cúbicos de gas natural. La fecha de operación comercial del proyecto se prevé para el primer semestre del año 2017 y su objetivo es participar en los mercados de Centroamérica, Sudamérica y Asia.

Estas inversiones en puerta en el Istmo oaxaqueño, tendrán sin duda un gran impacto en la economía no sólo regional sino nacional. Es indispensable que nuestra región se adecue a los retos y expectativas de un nuevo contexto nacional e internacional de democratización, fortalecimiento institucional para alcanzar el tan anhelado desarrollo, que se cristalizará en la edificación y consolidación de grandes obras en beneficio de la sociedad istmeña.

Se espera que nuestras autoridades municipales y el Gobierno del Estado estén a la altura de las circunstancias, retos y necesidades de la sociedad, porque ésta es una oportunidad inmejorable para ir afianzando el liderazgo del Istmo mexicano en el concierto internacional. Seguramente habrá rechazo e incluso oposición al proyecto de ciertos sectores, pero si se quiere alcanzar el bienestar es necesario apostar a la inversión, competencia y a las ventajas existentes para un buen crecimiento y progreso. El proyecto transístmico, indudablemente perfila a la región hacia el desarrollo.