Demanda Solalinde seguridad para migrantes

El padre Alejandro Solalinde demanda crear políticas públicas a favor de migrantes y visas humanitarias; pide ayuda real y concreta

CIUDAD DE MÉXICO, México, feb. 11, 2012.- Desvincular la migración de los asuntos de seguridad, crear políticas públicas a favor de los migrantes y otorgar visas humanitarias son ejemplos de demandas naturales que sostiene el padre José Alejandro Solalinde Guerra.


El impulsor de la casa "Hermanos en el Camino" con sede en Ixtepec, Oaxaca, sostuvo que se debe ayudarlos de manera real y concreta, no sólo a través de rezos, misas y buenos deseos, toda vez que ayudar al prójimo es colaborar en la construcción del reino de Dios.

En el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), a donde asistió con los fieles laicos católicos para explicar la razón de su trabajo en favor de los migrantes, el padre Solalinde como es conocido expuso que para un hombre de fe como él los males de este mundo se explican por la falta de evangelización.

Agregó que los desequilibrios económicos, la desigualdad social y la falta de autoridades en sus lugares de origen son las causas que provocan la migración y se explican porque la palabra de Dios no ha llegado a las mentes y corazones de quienes influyen en la sociedad.

La corrupción de los políticos, la voracidad de los magnates, la falta de solidaridad entre los hombres, se explican también porque los seres humanos no han sido rectamente evangelizados.

El padre Solalinde opinó que la Iglesia está fallando, pues no se ocupa de los de abajo y no ha sabido explicar algo tan sencillo como el hecho de que "el reino de Dios está entre nosotros".

Explicó que eso significa que el hombre debe trabajar en beneficio del hombre, que sus obras y reflexiones deben tener siempre como centro a la persona humana y no el culto, las ceremonias o las muestras de sabiduría o riqueza.

El padre Solalinde Guerra relató cómo se encontró con el fenómeno migratorio al descubrir el traslado de seres humanos de un lugar a otro en severas condiciones de desprotección y vulnerabilidad.

Este fenómeno, dijo, a todo mundo agarró dormido, pero al irse haciendo público gracias a la cobertura de los medios de comunicación sintió la necesidad de aliviar en algo su dolor.

El padre Solalinde fundó en 2007 la Casa del Migrante, donde actualmente mediante 55 albergues que hay en el país provee de alimentación, vestido, descanso y asistencia básica a migrantes principalmente de Centroamérica, que atraviesan México en su camino a Estados Unidos en busca de una vida mejor.

El fenómeno migratorio empezó a transformar no sólo a personas como él sino también a la sociedad, al Estado y a la propia Iglesia. Ahora más allá de la atención a sus necesidades urgentes se buscan soluciones de fondo como los proyectos de desarrollo regional, a los que él naturalmente respalda.